miércoles, 3 de marzo de 2010

Desde tu partida la noche es más profunda y oscura, las estrellas parecen ya no estar y tu voz presa en mis recuerdos convierte las noches en anhelos, mantos cálidos y lluviosos que acarician el cuerpo sediento. Tu presencia tácita incita mis sentidos, mi cama es un portal donde los gemidos se transforman en gritos ahogados en la almohada y las manos rompen los miedos jugando a ser poseídas.

Sueño y sé que estoy viva porque sueño, la vida pasa en escenarios mundanos y mágicos que revelan mis deseos y mis mayores miedos, si quiero verte en mis sueños estás, si quiero sentirte lo haré en mi sueños, mientras mi cuerpo inmóvil descansa otra jornada, mi espíritu y el tuyo danzan al ritmo del universo.