martes, 21 de mayo de 2013

Si tan solo supieras...

Si tan solo supieras que todavía te amo, que todavía te siento, que todavía te deseo, todavía te pienso, todavía te temo, todavía te miento, todavía te, todavía...

Si tan solo supieras que sigo aquí queriendo, sigo aquí esperando, sigo aquí sufriendo, aquí llorando, aquí soñando, aquí fingiendo, aquí...

Si tan solo supieras que nada de eso es cierto y que lo que crees cierto lo crees por mi... Anrosa

lunes, 13 de mayo de 2013

Adiós

Hola mi amor!!!!... te encanta... te desacomoda..te rompe los esquemas... cuando eso te lo dice "él"... o te lo dice "ella"... no necesitas pronunciar su nombre.. su nombre es "amor"... y sueñas...flotas... no supervives con la realidad...supervives con la imaginación... con la complicidad de lo sobreentendido... hasta que un día... dentro un segundo... un año... o la eternidad... "ella"... o "el".. dejan ser "amor" por definición... y se convierten... en hombre y mujer sin otro título... y ambos se miran... y se ven... por primera vez... suficiente... para el nacimiento de la palabra "Adiós"... Manuel Freytas

domingo, 5 de mayo de 2013

El hilo invisible


Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias…El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.

Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.

Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.